Hablemos de este tema del arranque de una manera cabal y sosegada. Tengamos en cuenta varios temas imprescindibles antes de avanzar. Probablemente debamos tener claro que en la «piel de toro» hay muchos tipos de viticultura igual que hay muchos tipos de vinos. No solo en precio de dichos vinos, sino la calidad de los mismos (calidad referida a atributos enológicos principalmente y también porque no decirlo pacagin y comunicación de los mismos
Es decir, en España hay muchos tipos de viticultura que soportan muchos tipos de vino diferente. Por su puesto a costes de producción diferentes y precios de venta final de vinos también diferentes.. Por lo que es materialmente imposible hablar de este concepto del arranque de una forma global.
Un simple ejemplo las Viuras de Mancha son totalmente diferentes a la Viuras de Mancha que elaboran vinos a granel para vender como tal o simplemente las Viuras que se producen como vinos de la Mancha denominación de origen. A esto podemos añadir denominaciones que se les presupone no más calidad pero sí un reconocimiento en el mercado de «CALIDAD» como puede ser Rioja, Ribera o Rias Baixas…
Por todo ello como comento el arranque NO PUEDE ser tratado como un concepto global sino como un problema a solucionar de forma segmentada donde cada segmento debe asumir porcentajes de arranque diferentes hasta encontrar el ansiado equilibrio.
Lo que está claro es que el consumo en general ha bajado de casi todas las referencias y debe haber un ajuste de producción. El volumen de uva producida se debe ajustar a la demanda de los diferentes segmentos. Y por cierto lo hará vaya si lo hará.
Por último debemos tener muy claro que el viñedo es un cultivo intervenido, mejor dicho, regulado por «Papa estado» y ello añade otra interesante variable.
De todas formas la solución pasa por como hemos dicho segmentar el arranque y sobre todo por buscar cultivos alternativos de adecuada rentabilidad, no vamos a poner todo petado de placas solares.